Prehistoria y Edad Antigua.-
Existen yacimientos en el entorno de Bonilla y Malpartida de la Edad del Cobre, coincidentes con varios pequeños núcleos de población (unos 50) extendidos por las estribaciones del Valle Amblés, Sierra de Avila y zona norte provincial. Respecto a la Edad del Bronce encontramos un yacimiento en Valdemolinos, al paraje de Las Cabezas, aunque la cronología exacta no está totalmente clara. De esta época también existen yacimientos en El Collado del Mirón, Malpartida de Corneja y Hoyorredondo. También está constatada la presencia del pueblo vetón en lugares muy próximos a nuestra localidad. La Vetonia era la región que comprendía toda la provincia de Salamanca, la mayor parte de la de Ávila, casi toda la de Cáceres y Badajoz, y algo de Zamora. Por eso encontramos en nuestra zona geográfica numerosos castros de la Edad del Hierro. Además, algunos topónimos del término municipal (como Castilviejo y Castillejo) parecen hacer referencia a la existencia de castros.
Con el dominio del Imperio Romano (s.III a. C. al V d. C.) la comarca pasa a pertenecer a la provincia Ulterior o Bética, y luego a la Lusitania.
Hay vestigios de la presencia romana en la zona, como los yacimientos en Diego Alvaro y San Miguel de Serrezuela, La Vega de Piedrahíta y Villanueva del Campillo. También se han encontrado monedas romanas en El Mirón, Barco y Piedrahíta. Incluso la fuente de San Bartolomé, en nuestro término municipal, podría datar de esa época.
Edad Media.-
Tras la caída del Imperio Romano en el s. V esta zona estuvo dominada por los alanos (pueblo bárbaro), que adoptaron la forma de vida romana. Tras el periodo de las invasiones bárbaras, en el año 711 penetran los musulmanes y ocupan toda la Península Ibérica, que pasa a denominarse Al-Andalus. En la zona norte del país, a partir del Sistema Central, la cultura hispanorromana convive bajo la influencia musulmana. Este territorio pasa a denominarse Tierra de Nadie.
Cuando comienza la Reconquista por el Norte, los reinos cristianos resultantes comienzan a repoblar los territorios conquistados con nuevos pobladores traídos de la zona cristiana. Esto ocurre en nuestro valle durante el reinado de Alfonso VI de Castilla (1072-1109). En el año 1088 el monarca encarga esta tarea a su yerno Raimundo de Borgoña, esposo de Doña Urraca, que posteriormente será reina de Castilla. Alfonso VI funda para ella el Señorío de Valdecorneja, compuesto por las villas de El Barco, Piedrahita, La Horcajada y El Mirón. Este territorio se integra en el denominado Extremadura (Ávila, Salamanca y Segovia) porque se encuentra a los extremos del Río Duero. Cuando doña Urraca se convierte en la primera reina de Castilla (1109), lo incluye oficialmente en el reino (hasta entonces el territorio formaba parte del reino de León).
Se crea entonces una sociedad nueva, típicamente feudal, bajo el dominio de reyes cristianos. Los pobladores, sin embargo, conforman una amalgama de procedencias y religiones distintas. Entre estos habitantes encontramos en gran número los de origen musulmán (mudéjares y moriscos) y judío. Un topónimo de la localidad, Las Eras de Domingo el Moro, que aparece ya como tal en datos del s. XVIII, podría hacer alusión a estos pobladores.
Apenas consolidada la presencia cristiana en el Valle del Corneja, por el año 1147 se produjo la invasión almohade en Al Andalus, que conllevó un desplazamiento hacia las fronteras cristianas de un número considerable de mozárabes, muladíes y judíos que se sentían amenazados por aquellos y que con casi toda probabilidad se asentaron algunos en el Valle del Corneja.
El primer dato concreto sobre Santa Maria del Berrocal lo encontramos en documentos de 1250 de la Catedral de Ávila, en los que aparece nuestro pueblo en una relación de localidades que pagan sus tributos al arciprestazgo de Bonilla. En cuanto a la adscripción eclesiástica, todo el territorio abulense perteneció al obispado de Palencia hasta el año 1103, que pasó al de Salamanca. El obispado abulense no existió hasta el año 1135, bajo el reinado de Alfonso VII.
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